Comprar un sofá a medida te permite diseñar cada detalle a tu gusto para que sea especialmente cómodo, adaptado a tu cuerpo y también a tu espacio y decoración. De dos, tres o más plazas, con chaise longue o sin ella, rinconero o modular, con la medida que quieras y en los tejidos y colores que prefieras. Después de leer este artículo sabrás cuándo merece la pena hacer un sofá a medida y qué debes tener en cuenta para «crearlo».
Antes de pensar en la parte estética de un sofá a medida…
Conviene destacar que tendrás un asiento adaptado a tu cuerpo y a lo que más comodidad te proporciona. Si cualquier mueble a medida se adapta a tus necesidades, el sofá a medida cumplirá los requisitos sobre el peso de las personas que lo usarán, la forma del cuerpo, las posturas favoritas o las costumbres. Un sofá a medida permite reforzar la zona de las lumbares para hacerlo más confortable o jugar con la ergonomía, la altura del respaldo, el fondo del asiento…
Adaptado al tamaño del salón
El sofá a medida se adapta a las dimensiones de la casa. Así se puede aprovechar cada centímetro. Esto es muy útil cuando el espacio es excesivamente pequeño o, por el contrario, muy grande. Además, un sofá a medida permite salvar alguna irregularidad de la pared del salón o, incluso, un pilar que queda en la pared en la que debe apoyarse el sofá.
¿Qué estilo decorativo tiene la sala o la habitación?
Así podrás crear un sofá que encaje, con esas licencias que te apetecen. Por ejemplo, quieres un sofá sin reposabrazos o de forma curva. Otra de las ventajas de comprar un sofá a medida es que podrás diseñarlo de una manera u otra en función del estilo que tenga la decoración del salón (más clásico, industrial, moderno, neoclásico, rústico…).
Lo que no se ve del sofá a medida
Cuando te plantees realizar un sofá a medida no solo debes interesarte por estos aspectos que te hemos mencionado y que puede que sean los primeros que se te vienen a la cabeza. Un determinante de la calidad del sofá que hará que soporte en perfecto estado mucho tiempo es el material en el que esté fabricada la estructura del sofá, su esqueleto.
Los materiales más aconsejados son las estructuras metálicas para los sofás relax motorizados (que tienen alguna pieza que se abate o expande sola, por ejemplo el reposapiés) y la madera. La madera de pino que es ligera y resistente.
Sofás más duros o blandos: la espuma y el relleno
También en la creación de un sofá a medida para el salón podrás escoger la densidad y tipo de espuma o relleno que mullirá los asientos y respaldos. En general, las espumas por encima de los 30 kg de densidad son buenas y soportan bien el uso y el paso del tiempo. Por debajo de este índice no son aconsejables porque se deforman con facilidad.
Eso sí, aquí de nuevo son tus gustos los que entrarán en juego en las decisiones. Puede que te gusten los sofás más firmes o blandos. Una buena opción es optar por un asiento firme y un respaldo más mullido que te «abrace». Precisamente, para los respaldos podrás escoger entre fibra hueca o copo-látex, si quieres suavidad; o espuma o visco en el caso de que te decantes por firmeza.
La tapicería del sofá a medida
Aunque en este tema tratamos con todo detalle el tema de las tapicerías, aquí queremos que tengas en cuenta lo básico para cuando vayas a escoger sofá a medida. Deberás elegir el color según te apetezca (pensando en que los tonos más claros son más sucios, los oscuros también tienen su delicadeza de cara a las manchas y los medios son los más «sufridos»). Pero la tela es importante que sea resistente.
Otros elementos del sofá: reposabrazos y patas
Cuando compras un sofá a medida puedes elegir el tipo de brazo o reposabrazos que quieres. Los más anchos y blandos son adecuados para apoyar la cabeza. Los más cuadrados no son tan cómodos y los han bajos y anchos y altos y estrechos. Es posible prescindir de ellos cuando se quiere un efecto más ligero (apto para pisos mini).
Fuente: Hola.com